Los Pueblos Blancos de la Sierra de Cádiz: ruta y guía para descubrirlos
Casas encaladas, montañas, callejones y miradores se mezclan en una ruta llena de historia y tradición. Recorrer Los Pueblos Blancos de la Sierra de Cádiz es adentrarse en el corazón de Andalucía. Un viaje perfecto para quienes buscan autenticidad, belleza y calma.
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Los Pueblos Blancos
Los Pueblos Blancos de la Sierra de Cádiz incluyen 20 poblaciones: Alcalá del Valle, Algar, Algodonales, Arcos de la Frontera, Benamahoma, Benaocaz, Bornos, El Bosque, Espera, El Gastor, Grazalema, Olvera, Prado del Rey, Puerto Serrano, Setenil de las Bodegas, Torre-Alháquime, Ubrique, Villaluenga del Rosario, Villamartín y Zahara de la Sierra, localizados en los 19 municipios que componen la Comarca Sierra de Cádiz.
Además de la belleza urbanística característica por el color blanco de sus casas, muchos de ellos se encuentran dentro de los limites de los Parques Naturales Sierra de Grazalema y de Los Alcornocales, y por ello su ubicación entre escarpadas montañas y en plena naturaleza los hacen aun más atractivos si cabe.
En esta entrada no describo todos los Pueblos Blancos de la Sierra de Cádiz, sino una selección de los que considero más atractivos, siendo esta una elección personal y por ello puede no ser compartida.
En muchas publicaciones, incluidas algunas de carácter oficial, encontrarás la denominación de “La ruta de los Pueblos Blancos” para referirse a la visita a estas poblaciones. Sin embargo, no existe una ruta concreta, ni oficial para visitarlos, cada viajero debe seleccionar la suya propia para conectar un pueblo a otro. Al final de la entrada he confeccionado el trayecto que considero más atractivo por su paisaje y divertidos de conducir por sus curvas.

Alcalá del Valle, Setenil de las Bodegas y Torre-Alháquime

Torre – Alháquime
Alcalá del Valle es un pequeño pueblo de calles laberínticas, casi todas las casas iguales, blancas, de dos plantas, ventanas con rejas de hierro, puertas de madera de doble hoja. Rodeado de olivares y campos de cereal, tiene un ambiente de verdadero pueblo, donde los extranjeros son bien recibidos, sin contaminación de modas foráneas.
Una de las joyas de los pueblos blancos es Setenil de la Bodegas, una población que en vez de estar sobre una colina o montaña se encuentra encajonada en el cauce del río Trejo, sobre sus escarpadas paredes se han construido cuevas o bodegas donde se habita, y que le dan el sobrenombre a la localidad.
Un pueblo agrícola y tranquilo de lunes a viernes que se masifica de visitantes los fines de semana, incluso en periodo de vacaciones podemos decir que hasta demasiado. Además de pasear por sus calles empinadas, son de obligada visita los miradores del Carmen y el del Balcón de Setenil para admirar esta población.
Torre – Alháquime es un pequeño pueblo cuyas calles se conforman alrededor de su castillo, aunque todos los pueblos blancos han heredado una fuerte tradición árabe, es quizás aquí donde se expresa con mayor intensidad. Además tuvo fama en su momento de ser el origen de famosos bandoleros de la sierra de Ronda.

Olvera, El Gastor y Grazalema

Grazalema
Olvera, sin estar rodeado de montañas, es un pueblo eminentemente agrícola y olivarero. Se encuentra localizado en una colina y su estampa de pueblo blanco culminado por la Iglesia Arcipestral y su castillo es totalmente reconocible e inolvidable.
Recorrer sus calles es andar por un pueblo tranquilo, sin prisa, respirando carácter rural gaditano. Aunque fue declarado conjunto histórico-artístico en el año 1983, se respira ambiente de pueblo, el turismo aun no lo ha reconvertido.
La población de El Gastor es mucho más tranquila, quizás de todos los Pueblos Blancos es el que mejor representa la filosofía. Pueblo tradicional, rural, en montaña, casas extremadamente cuidadas, vecinos amables. Pasear por sus calles es un autentico placer.
Grazalema es el Pueblo Blanco por antonomasia. Situado en plena sierra que lleva su nombre y rodeado de altas montañas, le confieren una espectacular ubicación. Un pueblo cuidado hasta el último detalle, inmaculado y limpio, no es de extrañar que los extranjeros que lo visitan se queden asombrados.
Pero además su gastronomía, en especial sus dulces, es digno de mención. Al igual que la calidad de las mantas ecológicas de lana merino que se fabrican y venden en varias tiendas del pueblo.

Villaluenga del Rosario, Benaocaz y Ubrique

Villaluenga del Rosario
La población de Villaluenga del Rosario es una pequeña, tranquila y bella localidad en la que pasear por sus calles nos relaja y nos traslada a un mundo sin prisas. Destaca su plaza de toros realizada de piedra y sobre todo por la industria quesera.
En este pueblo existen varias pequeñas fábricas de queso, elaborados de forma tradicional con leche de las cabras de raza Payoya y de las ovejas de raza Grazaleña, ambas razas autóctonas totalmente adaptadas a pastar de forma extensiva por estos riscos. En las afueras además se encuentra la mayor fábrica de este tipo de queso “El Payoyo”
Quizás el mas desconocido de los Pueblos Blancos de la Sierra de Cádiz sea Benaocaz, la actual carretera lo bordea y no deja ver su increíble casco urbano. No existen monumentos que destaquen en esta localidad, pero todo su centro encandila con sus más que blancas casas, enclavadas en mitad de la ladera en las que se encuentra situado.
Gracias a la industria del cuero, Ubrique es conocido mundialmente, y tiene una importante industria en pleno auge. Aun siendo un pueblo industrial y uno de los mayores de la comarca, no ha perdido su carácter rural. Sigue manteniendo su carácter de pueblo blanco, se sitúa rodeado de montañas, en un enclave envidiable y de una belleza más que destacable.

El Bosque, Benamaoma y Zahara de la Sierra

Zahara de la Sierra
Pasear por las calles del centro El Bosque es algo muy diferente a lo experimentado en los demás pueblos. Es una localidad llana, sin apenas cuestas, con naranjos pintados de blanco que flaquean las mismas, muy cuidadas se encuentran sus viviendas, lo que delata que se encuentran todas habitadas.
La única población que no es capital de municipio es la pequeña localidad de Benamahoma, perteneciente al término municipal de Grazalema. Cuenta tan solo con dos calles que lo atraviesan longitudinalmente, siguiendo las líneas de nivel de la ladera donde se encuentra.
Localizado en la zona más umbría de la espectacular carretera entre Grazalema y El Bosque, es un excelente lugar para hacer una parada en nuestro camino.
Acercarnos a Zahara de La Sierra, por cualquiera de las carreras nos sorprenderá. Más que un pueblo construido en las laderas de una colina, se encuentra casi colgado de ella. La Torre del Homenaje de su castillo, que se encuentra en la cima, y es visible por cualquier lado.
Más abajo empiezan a parecer las viviendas, primero tímidamente, y a medida que se desciende en altura más intensamente, en la parte más baja el pantano de Zahara no hace más que aportar aun más belleza al paisaje.
Tanto en El Gastor como en Zahara de la Sierra se celebra una de las procesiones más originales del Corpus Christi en España, en la cual todo el pueblo participa. Las calles se cubren de juncos y las paredes se decoran complemente de flores. Ambas fiestas han sido Declaradas de Interés Turístico Nacional.

Bornos y Arcos

Arcos de la Frontera
Bornos no es un pueblo de sierra, es de campiña, sus calles son largas y sin pendientes, lo que permite pasar por ellas cómodamente. Tiene el gran aliciente de estar en la orilla del pantano que llega su nombre, aportándole una especial singularidad y un dinamismo diferente.
Arcos de la Frontera es el mayor de todos los Pueblos Blancos de la Sierra de Cádiz. Es señorial. Desde la Plaza del Cabildo se pueden visitar casi todos sus monumentos como la Basílica Menor de Santa María de la Asunción o su Castillo.
Pero sobre todo el mayor atractivo son las magníficas vistas de la Campiña y de la Sierra de Cádiz que se obtienen desde el mirador. Ya solo nos quedaría perdernos por sus estrechas y blancas calles.



